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viernes, 2 de octubre de 2015

MESONCICO IV

EL MESONCICO –IV-

Romances de “La República del Mesoncico”.

Entre las obras literarias más antiguas conocidas por nuestra comarca se encuentran las coplas y los romances. Muchos lectores recordarán haberlos escuchado cantados o declamados en las labores del campo, en las trasnochadas al amor de fuego del hogar o en el estío al fresco, en fiestas populares o en juegos infantiles…

Contando cuentos.
¿Quién no ha escuchado aquellas pavorosas composiciones poéticas que contaban homicidios o catástrofes, patrimonio de aquellos plañideros ciegos que visitaban los mercadillos? 
Antaño, en el mercado semanal de nuestra república del Mesoncico, se situaba en la puerta de don Octavio un viejo ciego con su guitarra en ristre, y entonaba sus reparandorias que lograban saltar las lágrimas de los parroquianos que pululaban por los puestos de mercanchifles: 

Placeta del Mesoncico.
Iba acompañado de su lazarillo que iniciaba de esta guisa: (Toque de cornetín)  “¡Piiiiiiiiiii!”… Entonces el ciego cantaba: -«¡Padres que tenéis hijos!/ ¡Hijos que tenéis padres!/ ¡Abuelos que tenéis nietos!/¡Nietos que tenéis abuelos!/…»-. (Otro toque de cornetín del ayudante): “¡¡Piiiiiiiiiiiiiiiii!!”…¡Oír los tristes romances de este pobre ciego!/ ¡Tengo cuentos e historias para todos!/ ¡El romance de la Loba Parda!/ ¡La historia de la triste Rosaura en su balcón!/ ¡Y si no son de vuestro gusto estas historias, tengo el romance de la locura de la Reina Juana, encerrada en su torre esperando la venida de su difunto esposo, el rey Felipe, malnombrado el Hermoso!» (Y otro toque de cornetín): “¡¡Piiiiiiiiiiii!!”... -«Y si ustedes me lo permiten puedo narrar la funesta historia que habla del truculento Crimen de Cuenca, sucedido en la localidad de Valera de Arriba lindante con Valera de Abajo»-. Luego el viejo invidente invitaba al público a comprar las coplas impresas en unos folletos: -“Lazaro, les entregará los romances a perro gordo cada hoja…”-


Ciego con su lazarillo.
Otro ejemplo de lo dicho anteriormente, sería la trasformación del romance “La amada muerta" del siglo XVI en el de “¿Dónde vas Alfonso Xll…?” a la muerte de la reina María de las Mercedes: «¿Dónde vas tú, el desdichado / dónde vas triste de ti? / Voy en busca de mi esposa / que ha tiempo que no la vi / ¿Dónde vas, rey Alfonsito  / dónde vas triste de ti? / Voy en busca de Mercedes / días ha que no la vi…»

Pliego con romance.

Al final solía ser una invitación directa a la compra del pliego, si les había gustado el recitado:  "Y aquí se acaba el romance / Que en el pliego escrito está, / Sólo dos céntimos cuestan / A quien lo quiera llevar". Situémonos en uno de aquellos mercadillos que tanta gente atraía los domingos por la mañana: 
Otros ciegos cehegineros como el tío Pijote; el Güines;  El Tío Rines; o el tío Gachopo, que solían ir por las casas a rezar romances a cambio de algún menesteroso perro gordo para subsistir en aquellos años de miseria…, se acompañaban de guitarra y canturreaban con acordes de tono menor funestas coplas: “En la cañá de Canara / ¿no saben lo que pasooó? / Que un novio mató a su novia / sin motivo ni razoón. / Antonio se llamaba él novio / y celoso por demás, / y ella se llamaba Lola / y era de guapa sin paar. / La invitaron a un baile / su padre no la dejoó, / y sin permiso del padre / en el baile se metioó.”- O este otro viejo romance que habla de Cehegín, lo cita el padre Ortega en su manuscrito del 1750: «En la ribera del Argos / dejé mis ojos llorando / Dios sabe después de acá  / si he tenido algún descanso…»
A lo largo de la historia, escritores y vates locales también han creado romances dignos de recordar, como este del querido poeta local Ramón G. Ripoll “El Confitero”: «La fuente de Juan Morena / fluye que fluye soñando / y Cehegín se mira en ella / como en terso espejo mágico; / a su alrededor, los niños / enloquecen retozando».
Algunos viejos del Hospital de la Real Piedad, recordaban coplas como esta que contaba el Tío Piadao:. - “En el atrio del convento / ha nacido un ababol, / con un letrero que dice: ¡Viva la Revolución!”- Tal vez aludiendo a la proclamación de la República en 1931.- Un remedo fue esta otra copla: -“En el atrio del convento/ ha nacido un ababol:/ Virgen de las Maravillas,/ tú eres la primera flor!”- Y Ginés el Lorquino, remachaba que en tiempos de Alfonso XIII también cantaban algunos ciegos:- “En el atrio del convento / ha nacido una palmera, / con un letrero que dice: ¡Viva Primo de Rivera!”- (Seguramente en alusión a la ‘dictablanda’). Otro viejo asilado, bastante protestón, Manolo El Afeitagatos me contaba otra tonadilla muy graciosa que se cantaba así: 
“Antes con una peseta comías y bebías, y podías ahorrar. / y ahora por cinco pesetas te ponen la chapa de Auxilio Social.”

Romanceros de cordel.
Desaparecieron aquellas simpáticas coplas romanceras del paisaje del Mesoncico, como también los mercados de los domingos que abarrotaban de puestos de mercachifles, quincalleros y ambulantes todos los rincones de nuestra vieja república mesonzoica…

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